Divino, Precioso.... Indescriptible.

     Parece como si ayer me hubiesen traido mis hijas sus notas, y dijeramos todos.... Que bien, ya estamos en Semana Santa, y sin embargo, ya mañana tenemos que currar de nuevo.
     Ha pasado una semana y no me he enterado. Pero si puedo deciros, que ha sido una Semana Santa diferente, muy diferente a la que normalmente paso.
     Este año, he visto la Semana Santa de mi pueblo, que hace ya.... ni me acuerdo cuantos años. Porque nosotros todos los años nos vamos a recorrer esos pueblos tan bonitos que tenemos por Andalucía.
     Normalmente me quedo en Benamahoma. Mi segundo pueblo. Allí me siento como en casa. Me gusta pasear por sus calles, estar con sus gentes, divertirme junto a los míos, en fin, a divertirnos todos juntos.
     Me he perdido, sus procesiones, con esa Virgen tan pequeñita y tan bonita. Y ese Resucitado, que este año no he podido ver. Y que no me pesa levantarme temprano, muy temprano, a pesar de haberme acostado tarde, muy tarde.
     Espero que este año el Toro de cuerda, no haya hecho estragos y no haya cogido a nadie.
     Yo por mi parte, he tenido una Semana Santa movidita. Porque he visto casi todas las procesiones, si no han sido de Algeciras, han sido la de Los Barrios. Preciosas todas, por cierto. Y alguna de ellas no las conocía, porque como dije antes, ya hace mucho que no las veía.
     Bueno, no he visto el Toro cuerda de Benamahoma, pero sí he visto el de Los Barrios, que nos hemos divertido mucho por cierto. Han echado tres toros, dos por la mañana y uno por la tarde, con tres vaquillas por la mañana y tres por la tarde. Ha sido divertido.
     Espero que el año que viene podamos seguir con la ruta y seguir viendo semanas santas de Andalucía. Porque merece la pena de verdad.

Esta es la tarta que le he hecho a mi sobrino el día de su cumpleaños. Creo que estoy satisfecha con la tartita. Ahora las imagenes y mañana el resto de la receta.

     Al parecer Dios quiere que este año sea abundante en aguas. Felicidades a los que las quieren. Eso me lleva a quedarme en casa, porque no voy a trabajar. Empiezo a sentir las ganas de escribir, y vienen a mi memoria, algunas cosillas de mi niñez.
     Aquel día era sábado, tenía doce años en aquel entonces, y me estaba quedando a dormir en casa de mi tía Mari. Ella había venido de Alemania porque había tenido a su bebé, y tenía otro hijo de cinco años.
     Para que no se quedara sola con los dos niños, mi madre me mandó a su casa a dormir, poque vivía frente justo de mi colegio, que yo estaba en sexto, y así le podría echar una mano, ya que yo era ya una mujercita.
     Como iba diciendo, era sábado y llovía a mares, mas o menos como hoy. A mí se me antojó de ir a ver a mis padres, porque no los veía desde el sábado anterior, y claro mi tía no me dejaba de ir, con lo que llovía. Yo me emperré en que sí, que me iba. No vivía muy lejos, pero aún así, lloviendo tanto, era peligroso, y tenía que cruzar una carretera de mucho tránsito.
     Al final después de muchos tiras y aflojas, conseguí que me dejara, y cuando mi madre me vió aparecer por su puerta, me dijo que estaba loca, que patatín, que patatán, bueno, el caso es que me llevé una buena regañeta.
      Yo lloraba con el corazón encogido, pero no por la regañeta, a mí eso me daba igual, yo tenía la gran pena, porque había hecho lo imposible dentro de mi poca autoridad, para estar un ratito con mis padres, y ellos en ese momento, no lo supieron apreciar.
     Ellos miraban por mí, para que no me pasara nada, y yo quería a toda costa, estar con ellos.
     La moraleja de este recuerdo, no es otra que, intentar comprender lo que los demás piensan, antes de juzgarlos, y por supuesto SIEMPREEEEE, escuchar lo que los demás tienen que decir.

     Hoy es un día lluvioso, un poco triste, no he tenido trabajo, y como consecuencia, me he quedado en casa.
     No hace día para nada, no se puede limpiar bien, la humedad del aire es muy grande, y encima estoy tonta. Un día triste, melancolico... Bueno, a esperar que pase.
     Estoy en la cocina guisando, que ya os pondré mis recetillas, y buscando algunas cosas, ha aparecido una libreta de hace seis años, cuando yo ya escribía algunas cosillas para entretenerme.
     Tengo una redacción hecha, hablando de mi abuela paterna. Me he puesto a leerla y me he emocionado mucho, justo lo que me hace falta en un día como hoy.
     Voy a hablar un poco de ella...
     Aunque hace ya tiempo que no está con nosotros, la recuerdo tan bien como si la viera todos los días.
     Con su cabeza plateada desde que yo la recuerdo, y esos ricitos muy redonditos que le hacían parecer una mulatita de pelo blanco.
     Unos ojos color verde miel, como los de los gatos, que no se me borran del pensamiento, y que cada vez que veo a mi hija mayor los veo reflejado en ella.
     Su nariz chatita y fina al mismo tiempo, y sus labios finos junto con unos pómulos siempre ruborizados, me recuerdan la ternura y el cariño que nos daba. Su cara era muy dulce.
     Era muy bajita, y cuando yo era pequeña, me gustaba estar con ella, porque siempre estaba más cerca de mi altura que el resto de los mayores.
     Siempre estaba dispuesta a contarme y enseñarme cositas en valenciano, ya que ella era de allí, y me contaba los chascarrillos típicos de su niñez.
     Cuando vamos de vacaciones a la parte de levante, me dicen mis familiares que me parezco mucho a ella, en su genio, sus gestos y me dicen monlleta, (Monja) en valenciano, era el apódo que tenía, porque a su madre, la criaron las monjas.

     Me contó una vez, que a su madre la recogieron las monjas, porque su abuela que era de familia acaudalada, se quedó embarazada, sin estar casada, y en aquella época, para tapar aquella verguenza, dieron al bebé en adopción, (su madre). 
 Mi nombre es Asunción III, me llamo así como ella, como su hija, y también mi hija se llama así. 4 generaciones de Asunción, y muy orgullosas de serlo.
   

MOUSSE DE ATÚN
1 cuch de tomate triturado, 1 lata de atún, 1 limón, 6 cuch de nata, 2 claras y pimienta.
Machacar el atún, mezclar con el tomate, el zumo y un poco de ralladura del limón, salpimentar. Añadir la nata y las claras a punto de nieve. Servir bien frío.

REVUELTO DE MAR Y MONTE

4 huevos, 300 grs de champiñones, 8 espárragos verdes gordos, ½ vaso de crema de leche, 200 grs de gámbas, aceite de oliva, pimienta negra molida y sal.

Tener cortados y limpios los espárragos, las gambas cocidas y peladas. Sofreir los champiñones , añadir las gambas y los espárragos, dar vueltas, echar los huevos batidos y salpimentados.
Cuando comiencen a cuajar, se le añade la crema de leche y remover bien para que no se sequen. Deben quedar cuajaditos y acompañar con picatostes de pan frito.

CARNE DE VERANO
1 kg de carne de cerdo a taquitos, a ser posible cinta de lomo, 3 cebollas, 1 cabeza de ajos, 2 hojas de laurel, 4 clavos, caldo de carne (opcional), pimienta de molinillo, especies de carne y vino blanco de guisar. Sofreir la cebolla y el ajo cortado a láminas. Añadir la carne que rehogue, agregar las especies, el laurel, el avecrem, la pimienta y los clavos, cubriendo de vino y a los 10 mts poner un poco de agua y hacer 1/2 hora de olla express. Probar de sal y acompañar con patatas pequeñas cocidas y luego fritas.

PATATAS RELLENAS AL ROQUEFORT
Asar las patatas al horno enteras, envueltas en papel aluminio, solo con sal y pinchadas en varias partes. Una vez lista, abrirla y sacarle la mayor parte de la patata y reservar. Hacer una mezcla en la batidora con cebollino, queso azul, una pizca de mostaza y nata, mezclandolo con la patata a mano. Rellenar la patata y ponerla sobre una base de aceitunas negras a rodajitas, adornandolas con salmón ahumado por encima.